«Una inmersión con Marina Núñez»

Entrevista con Marina Núñez por Daniel Soriano y Pablo Sandoval

27 de febrero de 2019

«Inmersión», Ed. Centro Puertas de Castilla, Ayuntamiento de Murcia, 2019, pp. 38-45.

Texto en Inglés

 

En esta conversación entre la artista Marina Núñez y los comisarios se analizan, de manera breve, ciertas cuestiones como la relación entre cuerpo y territorio, el poder o el ornamento. Un viaje que pretende dibujar el cuerpo conceptual y matérico de la exposición Inmersión realizada en el Centro Puertas de Castilla en Murcia.

 

Para comenzar nos gustaría dibujar un mapa general de Inmersión, ¿cómo nace? ¿Qué nos propones en este último proyecto? ¿Hacia dónde podría llevarnos esta nueva inmersión?

En la exposición tenemos vídeos e imágenes impresas con el mismo nombre, pero comencé con los vídeos, con la idea de rememorar los bajorrelieves de algunos templos mediante un programa de fractales en 3d.

Es, como en otras ocasiones, un título ambiguo, que hace alusión a la inmersión como espectadores en las profundidades de unos mundos tallados con motivos geométricos y vegetales, y también a la inmersión de las habitantes de esos mundos, que aparecen al final, en sus contextos. Porque su piel tiene la misma textura que su entorno.

 

En otros trabajos nos presentas el personaje de Ícaro y su caída, en Inmersión la caída está presente, aunque es menos agresiva. Se convierte en un lento y placentero viaje que parece que busca complacer a los sentidos, a nivel visual y sonoro. Nos sumergimos en el interior de la cavidad. ¿Existe alguna relación entre el descenso de Ícaro y el de la persona que vive Inmersión?

No, efectivamente la caída de Ícaro es necesariamente angustiosa, y ésta, que en realidad parece más el viaje de exploración en una nave, es placentera, aunque pueda dar algo de vértigo.

Pero con vuestra pregunta me viene a la mente algo que sí tienen en común: la desmesura de la ambición. Porque estos mundos parecen tallados en piedra, más que formaciones naturales (aunque quién sabe), y si así fuera, y dado que poco a poco vamos siendo conscientes de la vastedad del paisaje, estaríamos ante una empresa abrumadora, un mundo inmenso ornamentado hasta el mínimo detalle. Aunque la piedra es más estable que la cera, así que confío en que sea un logro más duradero.

 

En Inmersión nos presentas otro de los posibles mundos que aparecen dentro de tus obras. En este caso, nos sumergimos dentro de cavidades llenas de orificios hasta encontrarnos con las habitantes de estos paisajes. ¿Quiénes son estos personajes, y cuál es su cometido?

La verdad es que no lo sé. A veces me parecen guerreras vigilando el territorio (y por tanto nosotros unos posibles invasores), a veces mujeres serenas oteando el horizonte (y nosotros, también, rompemos esa paz). Prefiero pensar lo segundo, en personas pensativas a las que hemos interrumpido momentáneamente. En casi todos los casos, tanto en los vídeos como en las imágenes impresas, nos miran con tranquilidad. Aunque a veces se intuye sorpresa, o miedo.

 

Su piel semejante a su entorno está formada por los mismos patrones fractales del paisaje que las rodea. En tus piezas has jugado con lo metamorfo, pieles líquidas o la hibridación. ¿Qué te supone este nuevo salto al mundo fractal, tan alejado pero a al vez tan cercano a tu trabajo?

Es efectivamente un tema que ya he tratado, la empatía con el contexto, en vez de la paranoica aversión a todo lo que no es uno mismo, con esa obsesión por la autonomía, la distancia y el control, con ese miedo a la contaminación, siempre enfermiza y mortal, en vez de simbiótica.

En este caso, la piel tiene la misma textura que el paisaje, lo que para mí sugiere dos posibles relatos: que las habitantes del mundo lo han construido a su imagen, o que se sienten unidas a él, sin recelo ni fronteras, arraigadas. La segunda versión me parece más subversiva y esperanzadora.

 

En cada cavidad, plano, nicho o superficie que nos encontramos en el paisaje que nos propones vemos una red construida de manera analítica y delicada. Nos comentas que, a la hora de abordar un nuevo proyecto, en ocasiones vas trabajando de forma intuitiva como resultado de tu larga trayectoria y la mochila que has adquirido con el tiempo y la experiencia. Para Inmersión, ¿te lo planteaste como algo con lo que querías trabajar, o por el contrario todo fue naciendo de forma más natural y orgánica, en una retroalimentación de conceptos y producción?

Una mezcla, tenía muy claro el tipo de mundo que quería construir, en cuanto al aspecto hiper ornamentado de los fractales, y también cómo iríamos introduciéndonos en él jugando con la escala. La idea de lo micro y lo macro la he tocado también en varias ocasiones, con galaxias encerradas en pequeñas esferas o surgiendo de un rostro, por ejemplo.

Lo que no tenía claro es el final, más allá de saber que aparecerían las habitantes. Pensaba más bien en ese primer relato, el de las creadoras del mundo, e hice algunas pruebas que sugerían ese final de estar contemplando un proyecto artístico colosal.

Pero finalmente, al construir a los personajes, probando diferentes aspectos que, eso sí, tuvieran que ver con la recurrencia de los fractales, preferí optar porque simplemente fueran iguales que su entorno y nos miraran, sin más. La interpretación «obra artística» no se descarta, claro, pero así se abre la de la íntima relación con el contexto.

 

Las referencias al mundo de la ciencia ficción presente en tu obra es un tema del que has hablado con anterioridad. También has comentado la importancia que tienen las lecturas de novelas a la hora de iniciar nuevas producciones. En este caso, ¿de dónde bebe Inmersión?

Algunas obras sí parten de referencias concretas, más de pinturas (el Hombre de Vitruvio de Leonardo, o algún motivo del Bosco, o una representación de una Ofelia o una mujer barbuda, por ejemplo). Y a veces ni soy consciente, tiempo después de acabar algo me doy cuenta de la similitud con alguna obra, o más habitualmente me la hacen notar.

Pero estos son casos excepcionales, en casi todas las obras las referencias son tan vagas y múltiples que no soy capaz de fijarlas, ni tampoco tengo demasiado interés en hacerlo. Sin duda las novelas y el cine y los ensayos y tantos otros estímulos estarán inevitablemente actuando, pero no como origen claro ni con intención de referirme a ellos. Es el caso de Inmersión, que no tiene referentes concretos.

 

Los vídeos nos generan cierta incertidumbre, son sus habitantes las que se adaptan a su medio para vivir de una forma no violenta, o por el contrario el propio medio quién ha generado seres iguales a él. En la trilogía Southern Reach Jeff VanderMeer nos plantea un nuevo ecosistema cerrado, donde todo muta de manera constante e inmediata, los habitantes se funden con el medio o bien el propio medio se funde con ellos. Una destrucción de los límites entre entorno y habitantes que se asimilan en un todo.

¿Podríamos ver esta referencia como un espejo de lo que nos propones con Inmersión?

La película sobre el primer libro de la trilogía, Aniquilación, me parece interesante, pero no fue una referencia, la vi después. Los libros los había leído hacía mucho, ¡tanto que ni los recordaba! Con lo cual podrían ser una de esas referencias difusas. Esas y otras muchas novelas de ciencia ficción plantean hibridaciones y simbiosis, nos presentan cuerpos que se transmutan y pierden sus límites. Pero en la práctica totalidad de los casos, esa fusión con lo otro es terrorífica.

En el caso de esta trilogía, la simbiosis no es mortal ni resulta necesariamente en un ser malévolo, lo cual ya es toda una novedad, muy apreciable. Incluso se sugiere la posibilidad de aceptarla (la tercera novela se llama así, Aceptación). Pero sin duda los híbridos de humano, animal y vegetal resultantes son aún espeluznantes. No son mejoras aceptables, aunque quizá sean mejoras, ya que un ecosistema tan adaptable tiene que tener ventajas, siempre que la evolución vertiginosa no acabe convertida en puro caos. Pero no se plantea así, en los libros aún menos que en la película, que para dulcificar evita hablar del farero, uno de los protagonistas de la trilogía, un personaje que se ha convertido en algo tan inimaginable (e inaceptable) como los oscuros entes de Lovecraft.

 

Nos encanta la aparición de las ramas/cables que nacen de la piel de las mujeres en las piezas de cristal grabado al láser. Esta simbología no es en absoluto extraña en tu acervo visual. Es también un recurso simbólico muy frecuente en la ciencia ficción: María en Metrópolis, cualquier personaje con cerebro cibernético en Ghost in the Shell, Mátrix, etc. ¿Qué significados le otorgas a estas extensiones?

Es curioso, con la cantidad de cíborgs que he representado, y muchos de ellos cableados o emitiendo rayos de energía, y no era lo era lo que tenía en mente en absoluto. Sino lo otro que decís, son ramas. El suelo en el que se apoyan las figuras tiene la misma textura de ramas que los cuerpos, y de ese dibujo que configura el cuerpo salen a su vez ramas. Es la misma idea de integración que en las imágenes y vídeos, aunque en ese caso ese medio ambiente que es como ellas emana de ellas. También, claro, puede verse como una hibridación humana-vegetal, tema que ya he tocado en algunas imágenes.

 

No se nos va de la cabeza la relación, directa creemos, entre Inmersión y la Metamorfosis de Ovidio. Al final las protagonistas pueden que se estén transformando en paisaje, se fundan en él y se hagan eternas. ¿Existe realmente esta referencia en este proyecto?

No pensé en su obra, aunque en el caso de las mujeres de los cristales (Especie) las imágenes de Dafne imagino que sí hayan influido, pero, como os comentaba antes, no de forma consciente.

No sé si pensáis en la eternidad como algo positivo, es algo tan abrumador que a mí me parece un abismo.

Efectivamente, la eternidad funciona como un duro castigo.

 

En este trabajo rompes con siglos de concepción de qué es el paisaje y qué es el sujeto. -Incluso al plantear preguntas de este tema nos vemos sujetos a un lenguaje que solo describe dominación.- Quizás exista hibridación, pero este concepto requiere que dos identidades autónomas se fundan en una. El caso más cercano en tu obra al híbrido son los cíborgs, donde dos entidades conceptualmente cerradas y ficticiamente enfrentadas -hombre y máquina- se funden en un ente. ¿Crees que la escasez de una perspectiva bastarda por parte de todas las ramas del conocimiento del ser humano está entorpeciendo nuestro desarrollo, ya sea tecnológico, como ciudadanía, como seres vivos?

He representado ese mestizaje con máquinas, con plantas, con microorganismos… y con objetos inanimados también.

Es una pregunta muy compleja que me siento escasamente preparada para responder, hay que saber mucha ciencia y filosofía para hacerlo…

Pero creo que ahora sí se plantea una visión del sujeto y la naturaleza menos basada en la separación y el control, que pueden llegar a parecer delirios de un sujeto con pies de barro. Si pensamos que los científicos nos explican, ya desde hace tiempo, que las observaciones o mediciones pueden cambiar -físicamente- el estado de un sistema, o que no es realista pensar en sistemas elementales aislados, tenemos un ejemplo en la ciencia. Y el ecologismo hace mucho que propone, a nivel político y filosófico, que el ser humano es una parte de la naturaleza y que los planteamientos antropocéntricos que ven al ser humano como fuera y por encima del medio ambiente son simplistas, además de obviamente peligrosos para nuestra supervivencia como especie.

 

Nos tienta preguntarte si tu producción tiene una lectura ecologista intencionada.

En un sentido muy abierto sí, es decir, es un tema que al representar híbridos de humanos y plantas, o árboles quemados, por ejemplo, sin duda se plantea. Soy consciente de que es una lectura posible, y me agrada. Es un tema que a estas alturas a nadie puede resultar indiferente, y todos tenemos cierta cultura general al respecto, estamos un poco informados, probablemente bastante poco, pero más que hace 15 años.

 

Siguiendo con la supresión de la barrera entre sujeto y entorno, estos seres antropomorfos que habitan en sus mundos fractales ejercen una posición de poder sobre el territorio. Ellas han creado a su imagen y semejanza esta megaestructura, o quizás, han desarrollado su entorno como un órgano más, una prótesis, de la misma manera que la tela de araña es una extensión de ella misma. Y mirando a nuestro alrededor, ¿no habremos hecho ya eso nosotros? Hemos transformados grandes superficies de nuestro planeta a través de la agricultura y ganadería, las ciudades están diseñadas para los cuerpos, capitalistas sí, pero un tipo de cuerpo al fin al cabo. Incluso hemos amplificado nuestros sentidos, o al menos el de la vista, tenemos ojos que observan desde el espacio, sensores repartidos por toda la geografía que registran infinidades de parámetros. ¿Estamos creando nuestro mundo de manera inconsciente y fundiéndonos con él?

Sin duda lo hemos hecho, pero no creo que de forma inconsciente. Lo de fundirnos… no creo, ni siquiera como metáfora, se sigue pensando obsesivamente en una autonomía exacerbada de cada individuo, como si fuera posible considerarnos seres aislados de toda influencia.

 

Tienes razón en cuanto a la autonomía exacerbada. A pesar de haber sufrido estas últimas décadas un desarrollo tecnológico impresionante que nos ha permitido incrementar algunos de nuestras capacidades a través de múltiples prótesis extracorpóreas: somos capaces de orientarnos mejor gracias al GPS, predecir la climatología o ver cualquier punto del planeta -y del universo- gracias a los satélites, somos capaces de comunicarnos a grandes distancias, monitorizamos nuestro cuerpo, y un interminable etcétera, y todo canalizado a través de nuestros móviles. Aún así, todo este conocimiento, a mano de cualquiera, no ha generado empatía ni ha eliminado la barrera generada con el medio. El problema es de pensamiento, de cómo se utiliza la información, de la construcción de lo otro, como bien manifiestas en tu producción. ¿Crees que la barrera con lo otro se está acentuando o cada vez somos más propensos a abrazar lo híbrido?

Mi idea esperanzadora es que las hibridaciones reales de nuestro mundo cada vez más cíborg en un sentido técnico acaben convirtiéndose en una aceptación de la hibridación, y por tanto de la empatia con lo otro, simbólica. Creo que a esto pueden contribuir las imágenes que desde tantos ámbitos se crean representando cuerpos permeables y fluyentes.

Pero está bastante claro que por el momento, a un nivel político y metafórico, las fronteras se están revalorizando. Espero que sean reacciones puntuales de miedo ante lo nuevo, y que sea inevitable un mundo en el que dejemos de ver lo uno y lo otro como dos realidades opuestas, de un modo tan estereotipado y simplificado. Y pueril.

 

Refiriéndonos al fractal hay ciertas cuestiones que nos interesan, sobre todo a nivel conceptual. Los fractales presentes en tu obra son artificiales, en el sentido que son representaciones visuales de ciertas ecuaciones y parámetros creados por ti, que nada tiene que ver con el dibujo que genera un romanesco, un fractal que encontramos en la naturaleza. Las matemáticas se declaran la herramienta con la que descifrar y describir a la naturaleza. ¿Está presente esta lectura de relación de poder sobre la naturaleza en Inmersión?

Bueno, yo no creo esas ecuaciones y parámetros, solo combino entre las muchas que maneja el programa. Y esas fórmulas crean estructuras que se repiten a diferentes escalas, igual que las que crea la naturaleza. Que se comporta según leyes que estudian las matemáticas, entre otras disciplinas.

Es cierto que el conocimiento científico intenta descifrar el mundo, entre otras cosas, para obtener cierto control y poder sobre él. Pero estos fractales de los mundos de Inmersión no los imagino como el dominio de la razón sobre la materia, como un mundo de piedras informes domesticado por la talla. Sí lo veo como más probablemente artificial que natural, pero la posible intervención la imaginaba como un grandioso logro artístico, procurador de experiencias estéticas sublimes, no como una metáfora de la imposición de un orden racional sobre un medio natural.

Claro que es lo que tienen las lecturas, ahora, para mi sorpresa, tengo que considerar la posibilidad de haber representado una manipulación colonizadora, una disciplina rígida.

 

El artificio tiene un gran protagonismo, sobre todo en los vídeos y las infografías, los cristales se centran más en el sujeto. Con reminiscencias evidentes a las yeserías árabes, estas estructuras matemáticas son las que construyen el paisaje llegando al horror vacui. No hablamos de un cubo blanco, o de un plano aséptico. Teniendo en cuenta el papel del ornamento en la historia del arte y de la estética, ¿es esta utilización del adorno una declaración de intenciones consciente?

Imagino que con lo del papel del ornamento en la historia del arte y la estética os referís a que los motivos decorativos nunca son el tema principal, aunque en algunos -pocos- autores y movimientos hayan cobrado gran protagonismo. Aquí es difícil que estas formas intrincadas y minuciosas sean subestimadas, por su profusión al menos, porque son las que definen el territorio y nos hacen preguntarnos qué estamos viendo.

Pero no, no estaba pensando en eso.

 

También entendemos el papel de las mujeres en las arte decorativas, mal denominadas como artes menores. Unas artes cuyo papel era crear una nueva piel al entorno, una función, tal vez, muy tangible y tisular que las puede relacionar con lo físico y animal, esto se sumaba a la posición natural que las mujeres debían tomar, la de seres terrenales. ¿Inmersión es en cierta manera una obra que desmiente este discurso oficial? Al menos en que desde unas posturas sensibles, en convivencia con el entorno, se puede desarrollar nuevos conocimientos y explorar conceptos elevados.

Sí, esto sí es consciente. El ornamento ha estado y está asociado a las mujeres, y el arte decorativo con sus pautas repetitivas (que los fractales, autosimilares, sin duda rememoran) considerado menor por no ser vehículo de altos conceptos. En la historia del arte oficial. Todo absurdo, las historiadoras del arte feministas lo han dejado claro hace ya tiempo, que se trataba más de relegar a las mujeres creadoras que de que haya estrategias formales despreciables por sí mismas.

Y me gusta por eso mismo imaginar unas amazonas de piel ornamentada.